Aguafuerte es conocida por ser una de las galerías incubadoras en la Ciudad de México (aunque también cuenta con una sede en Val’Quirico, Tlaxcala), con un programa anual muy extenso, presentando alrededor de 12 exposiciones al año. Las galerías incubadoras son aquellas que se dedican a impulsar a los artistas en los primeros momentos de su carrera, proporcionándoles la oportunidad de compartir su trabajo y sus discursos con un público muy amplio. Así mismo, la galería también colabora y representa artistas de mediana carrera e incluso artistas establecidos tanto contemporáneos como algunos otros que ya forman parte del discurso oficial de la historia del arte mexicana. Esto le ha permitido consolidarse como un referente en la escena artística de nuestro país.
Sin embargo, en esta ocasión no quisiera recalcar el rol de la galería en la carrera de los artistas, sino que quisiera hablar de la importancia y el impacto de las obras presentadas, en este caso de la exposición En Voz Alta, exposición colectiva la cual se inauguró ayer 29 de febrero de 2024, en la que más de 20 artistas mujeres presentaron su trabajo en relación con el feminismo y la mujer.
Quisiera empezar por una de las obras que me generaron un mayor impacto, tanto por la pieza como por el discurso de la artista, quien se atrevió a contar su historia frente al público. El sistema que ya está en llamas, de Emma Cecilia Pogodina, es una pieza llena de simbolismo. Vemos un objeto que se asemeja a un crucifijo, haciendo referencia a la religión como espejo del patriarcado, pero que en realidad es el símbolo masculino. Clavado en esta especie de crucifijo encontramos a la artista en uno de los estados más vulnerables, completamente desnuda y con sangre saliendo de su vulva.
Pogodina compartió durante el evento parte de su vida personal en la que contó que ella misma ha sido violada y abusada en diversas ocasiones. Esta pieza es la materialización de su experiencia personal en la que la artista reflexiona sobre el hecho de que, a pesar que se esté cuestionando y se esté llevando a cabo una revolución en contra del patriarcado, aún hay mucho camino que recorrer. Desafortunadamente, esta es la realidad de muchas mujeres en México, y en el mundo, pero que por miedo no permiten contar su historia En Voz Alta, como lo hizo Emma Cecilia Pogodina.
Estos espacios en los que se les permite a las artistas cuestionar la realidad en la que viven son de suma importancia, lo que me lleva al trabajo de otra de las artistas presentes, María Torres Escobedo.
Torres Escobedo es Licenciada en Artes Plásticas por la Universidad de las Américas Puebla UDLAP y está por obtener su título de maestría en Teoría Crítica por el 17 Instituto de Estudios Críticos en la Ciudad de México. En el marco de la exposición presentó dos obras, Búsqueda y Lo Diverso, las cuales parten de una larga reflexión e investigación sobre lo que significa ser mujer, el cuerpo como espacio y la sexualidad, trabajo que tituló "Ese sexo que no es monocromático" junto con otras dos piezas que no se presentaron en la exposición.
Torres Escobedo reflexiona sobre la distinción entre el sexo biológico y el discurso del genéro desde un constructo social. La artista no busca definir lo que es ser mujer, ni lo que no es ser mujer, sino permitir y abrir la experiencia de lo que es ser mujer, tanto desde lo femenino como de lo masculino. Esto se refleja en la amplia paleta de color de su trabajo, que va desde las tonalidades frías hasta las más cálidas. Sus pinturas son una búsqueda a su propio placer y su vivencia del devenir mujer.
El trabajo de ambas artistas es totalmente diferente a pesar de que ambas abordan el mismo tema, lo que apoya el discurso de que no se puede definir lo que es ser mujer ni limitar la experiencia de ser mujer a una sola cosa. Si dos artistas son tan diferentes, pero tan iguales al mismo tiempo, En Voz Alta es un multiverso de discursos que invitan al espectador a cuestionar el espacio de la mujer en la sociedad contemporánea.
La exposición estará disponible hasta el 24 de marzo del 2024.
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