Aunque México cuenta con una rica herencia artística y un vibrante escenario contemporáneo, la falta de una base sólida de coleccionistas ha limitado su impacto en el mercado global.
Hay dos elementos que no puedo evitar notar cuando se trata de la posición de México ante el panorama global del mercado del arte.
El primer punto es que, en cada reporte que leo sobre el mercado del arte, ya sea The Art Market Report publicado por Art Basel y UBS, notas de Forbes, o artículos sobre las tendencias en el mercado del arte por plataformas como Artsy, México rara vez figura entre los países mencionados. Esta escasa visibilidad no es casualidad; está directamente vinculada a varios factores estructurales del mercado de arte mexicano.
Un ejemplo muy claro es The Artlogic Gallery Report 2024, el cual, al inicio del reporte, habla sobre la diferencia entre Europa y Norte América en cuanto al balance laboral y vida privada. Lo que es relevante en este sentido es que, al mostrar las gráficas, México no figura dentro de lo que denominaron como Norte América, no solo por tratarse de un país de Norte América, sino que además es uno de los dos países que lideran el mercado del arte latinoamericano, junto a Brasil. Cabe mencionar que también dejaron de lado por completo a más de 15 otros países, considerando que al hablar de Europa, sí presentaron el mapa completo.
El segundo elemento que más llama mi atención es la falta de compromiso que tenemos como mexicanos con el arte. El problema no es la falta de oferta o propuestas de valor, ya que solo en Ciudad de México contamos con más de 85 galerías de arte, y una gran cantidad de artistas esperando tener su oportunidad en esta gran ciudad. Sin embargo, a pesar de esta riqueza cultural, el verdadero problema radica en la falta de coleccionistas comprometidos. Según un estudio del ArtTactic South Asia Art Market Report, el número de coleccionistas activos es un factor decisivo para impulsar un mercado artístico local fuerte. En el caso de Ciudad de México, la red de coleccionistas es pequeña y, al estar limitada a un círculo reducido, las galerías deben competir intensamente por la atención de estos compradores.
Aunque algunas galerías han encontrado soluciones, como expandir su presencia en plataformas internacionales como Artsy o participar en ferias de arte en el extranjero, estos esfuerzos, si bien solventan en parte la falta de demanda local, no son una solución suficiente para el crecimiento sostenido del mercado del arte mexicano. El coleccionismo extranjero, aunque por una parte genere ingresos para las galerías, no promueve necesariamente el desarrollo de un mercado interno robusto ni garantiza el apoyo continuado a los artistas locales.
Lo que realmente se requiere es el desarrollo de una nueva generación de coleccionistas en México, una que esté dispuesta a valorar e invertir en el arte contemporáneo nacional. En este sentido, programas educativos, incentivos fiscales y campañas de concientización sobre la importancia de apoyar el arte pueden ser estrategias efectivas para fomentar el coleccionismo local. Al observar el caso de economías como China o India, donde el crecimiento de coleccionistas locales ha sido crucial para la consolidación de sus mercados de arte, se puede vislumbrar el potencial que tiene México si logra desarrollar una cultura de coleccionismo sólida.
Comments